LAS CUESTIONES ÉTICAS

  Las cuestiones éticas
¿Qué es lo bueno y lo malo? 

Esta es la principal cuestión moral. Para poder decidir ante las encrucijadas de la vida es fundamental distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo. Debemos saber, por ejemplo, que tomar veneno o que saltar de un edifico nos llevará a la muerte, o que excederse en la ingesta de licor o de drogas enfermará nuestros cuerpos. Así, sin darnos cuenta, la mayoría de los actos humanos están determinados por la conveniencia o no de ellos. Lo que conviene suele identificarse con la propia conservación, con la satisfacción de necesidades, que no todas son biológicas. Así, esas cosas que nos convienen son las que llamamos buenas, mientras lo que contraviene es lo malo. Pero no siempre ve con claridad qué es lo bueno y lo malo, y tal distinción no es automática. Estos criterios pueden variar de una cultura a otra o de un lugar a otro. Aunque la sociedad occidental tiene unos códigos morales universalizados y en gran medida determinados por el cristianismo, la diversidad cultural hace patente que no es la única moral que existe. Este suele ser un argumento del relativismo moral, que sostiene que no existe un código moral universal El bien y el mal Entre el bien y el mal se encuentran las consecuencias, es decir, lo que conviene o no. En los sistemas morales, tales consecuencias se encuentran sistematizadas en premios y castigos: el cielo para los que obran bien y el infierno para los que obran mal, en el caso de la religión; la libertad para los que cumplen la ley y las sanciones para los transgresores. Así, en la moral occidental, heredera del judeocristianismo, los conceptos de bueno y malo viene mediado por la valoración heterónoma y la sistematización positiva hechas por el Estado y la Iglesia a través de las Leyes y los Mandamientos. En el segundo caso, a lo bueno y lo malo lo identificamos con la virtud y el pecado, respectivamente, operados por los sentimientos de culpa y redención como motivadores de la acción humana.

¿Qué es la felicidad? 


La felicidad es un sentimiento o estado mental que se logra cuando se posee un bien, entendiendo a este no como lo contrario de mal, sino como algo que se quiere lograr y que ordena nuestros actos para tal fin. En este sentido, de acuerdo con el eudemonismo, la felicidad sería la finalidad de los actos humanos y, por tanto, el principio supremo de la moral. 

El eudemonismo .

Para los antiguos griegos, la eudemonía era la plenitud de ser, por lo que se la traduce como «felicidad». De esta etimología, surge el eudemonismo como postura ética que considera a la felicidad como el supremo bien. Por tanto, todas las acciones humanas deben tender a la felicidad. La ética eudemonista es ética de bienes y fines. En este sentido, son eudemonistas todas las éticas materiales. El eudemonismo se basa en el supuesto de que los humanos tienden naturalmente a la felicidad. Pero de esta afirmación pueden surgir diversas interpretaciones, pues si bien la mayoría podría afirmar que quiere ser feliz, no todos estarán de acuerdo en que les hagan felices las mismas cosas. En este sentido, las éticas materiales podrían entrar en contradicción con la moral, pues si a alguien le hace feliz asesinar o robar, no por ello está moralmente justificado. Teleología de la felicidad Entre la necesidad de felicidad y su satisfacción se encuentra un complejo mundo de aspiraciones configuradas por el pensamiento y la cultura de la época. Inclusive la mayoría de aspiraciones personales, están determinadas por conceptos como el éxito, la realización personal, todo supeditado al plano material y las seguridades económicas. Cuando no es así, la felicidad se busca en el otro extremo: el del hedonismo y la irresponsabilidad del sujeto para consigo mismo y la sociedad. En ambos casos se deja de lado la dimensión intelectual y espiritual, sin la cual el solo logro material no puede aproximarnos a la felicidad, en el sentido que aquí la hemos definido. Tampoco puede darse por satisfecho quien ve realizadas sus aspiraciones personales en un entorno social frustrado 

¿Somos libres? 


Este problema es esencial en toda la filosofía. Libertad y moralidad son conceptos inseparables. Solo podemos hablar de moral cuando se trata de actos libres, pues estos presuponen una elección entre el bien y el mal o entre varias alternativas. La libertad es ausencia de necesidad. Cuando hacemos algo por necesidad no hay en ello libertad, pues no hay elección. Necesitamos comer, dormir, defecar. No podemos elegir entre satisfacer tales necesidades o no. Carecemos de libertad para ello. La libertad es la ausencia de dos tipos de necesidades: 

• Externas: Cuando nada fuera de la persona le fuerza. 

• Internas: Cuando la voluntad no se ve forzada por una necesidad propia de la naturaleza del individuo. Formas de libertad Podemos distinguir varias formas de libertad:

 • Libertad de contradicción: Es la libertad de realizar una acción o no. 

• Libertad de especificación: Es la libertad de escoger entre varios bienes particulares. 

• Libertad de contrariedad: Es la libertad de escoger entre un bien y el mal. Defensa de la libertad Por otra parte, algunos filósofos han fundamentado la libertad humana de varias formas: 

• Testimonio de la conciencia: Esta postura, muy defendida por los existencialistas, sostiene que el hecho de que el humano experimente la libertad ante las acciones prueba la existencia de aquella. Sin embargo, este argumento es parcial, pues en su contra podría decirse que la experiencia de la libertad podría ser aprendida sin que por ella sea real. 

• El orden moral: Propia de Kant, esta postura sostiene que el deber es prueba de la posibilidad y la libertad de realizar un acto. 

• Prueba metafísica: El objeto de la voluntad es el bien en cuanto conocido por el entendimiento. Por esto, la voluntad no podría ser libre ante un bien absoluto. Pero como los bienes que se le ofrecen al humano son imperfectos, no necesariamente son apetecibles y, por lo tanto, aquel es libre ante estos.

El determinismo

Los Determinismos

 La historia del pensamiento conoce varias doctrinas que niegan la libertad. Estas se agrupan bajo el nombre de determinismo, concepción que afirma que la voluntad está determinada por múltiples factores. Según el determinismo, los actos humanos son el resultado fatal de factores externos (ambiente, ley, educación) e internos (psicológicos, biológicos). Formas de determinismo • Teológico: Dice que la libertad humana es incompatible con la conciencia y libertad divinas. Dentro de este determinismo se encuentra la creencia religiosa de la predestinación, según la cual Dios ha predestinado a unos a la salvación y a otros al castigo, ante lo cual la acción humana nada puede hacer. 

• Psicológico: Dice que la voluntad se determina siempre por el motivo más poderoso y de mayor peso. El hombre que busca el bien se determina por el mayor bien.

 • Fisiológico: Sostiene que la voluntad se determina por el estado orgánico del sujeto, por ejemplo, el temperamento, el clima, la herencia, etc. 

• Fatalista: Afirma que no existe la libertad, pues el hombre está sujeto al destino.

 • Social: Cree que es el ambiente social (las costumbres, la familia, la educación) el que determina la voluntad humana. Frente al determinismo, el indeterminismo sostiene que el hombre es libre y que, por tanto, decide lo que quiere ser 

Evidentemente, el hombre podría vivir bajo el hado o la predestinación, como una fuerza que determina absolutamente su vida y, sin embargo, seguir viviendo como si ante él estuviera siempre abierta de par en par la ambivalente disyuntiva que exige elección, tal como a todos nos parece. Es cierto que ese hombre podría siempre esforzarse con denuedo para mejorarse a sí mismo y a la sociedad en que vive. Pero ¿es probable que lo hiciera? ¿No es lo más lógico suponer que en una creencia en el hado o predestinación así concebida, produjera un efecto psicológico que sería una actitud de derrota, de aceptación pasiva de un statu quo, en una palabra, una actitud de irresponsabilidad? 

Honer – Hunt. (1968). Invitación a la filosofía

 

Fuente : Libro de Filosofía del 1ero. Bachillerato.Mineduc.2016

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA IMPORTANCIA DE LA EMPATÍA EN NUESTRA VIDA